Muerte y Vida en constante interacción
Es muy importante tener conocimiento profundo y entender la muerte, para
entrar a hablar del duelo. Comprenderla no solo en su contexto físico o en relación a
la idiosincrasia de una cultura, sino también en su implicancia espiritual,
antropológica y ontológica.
Alcira Alizade, psicoanalista argentina dedicada a la investigación de la
muerte, concluye que, “muerte y vida constituyen un par dialéctico en
interacción permanente; cada uno de estos términos obtiene su riqueza semántica
en su vinculación con el otro”1.
Si comprendemos la muerte y la aceptamos, es cuando empezamos a vivir
plenamente. Es en ese entendido que la doctora Elizabeth Kubler Ross,
psiquiatra, pionera en estudios tanáticos, al investigar la pre-muerte y muerte
con sus pacientes moribundos, llegó a la conclusión de que esta etapa tan
natural como nacer y crecer no tiene por qué ser terrorífica y rodearse de
tanto mito y oscuridad sino más bien debería llevarnos a decidir vivir la vida
bajo el poder del amor incondicional que sea capaz de guiarnos cuando
abandonemos la tierra en busca del definitivo remanso de paz y luz,
aconsejándonos: “es muy importante que hagáis lo que de verdad os importe sólo
así podréis bendecir la vida cuando la muerte esté cerca”2.
Por otro lado, es necesario citar a Yalom, psicoterapeuta existencial
español, que nos dice:
“Es una de las verdades de la vida más autoevidentes que todo fenece, que tememos el
final, y que debemos vivir, sin embargo, dando la cara a ese final, encarando
el temor. La muerte, dijeron los estoicos, es el acontecimiento más importante
de la vida. Aprender a vivir bien es aprender a morir bien y al contrario,
aprender a morir bien es aprender a vivir bien. Cicerón dijo que “filosofar es
prepararse para morir”, y Séneca que “ningún hombre goza verdadero sabor de la
vida sino aquél que está dispuesto y preparado para abandonarla”. San Agustín
expresó la misma idea: “Solamente encarando la muerte nace el ser del hombre”3.
Como vemos el concepto
de vida, incluye muerte, y a su vez el de la muerte incluye vida
respectivamente, de aquí radica la importancia de empezar a hablar de muerte en
nuestra sociedad, volverlo un “tema de conversación”, para empezar a encararla
y tomar conciencia de sus implicancias. En la actualidad observamos que por no
hablar de ella se vuelve un tabú, es desconocida y por ello se le teme.
NOTAS Bibliográficas
1ALIZADE, Alcira M., Clínica con la muerte, Ed.
Amorrortu, Buenos Aires, 1996, pág. 20.
2KUBLER Ross, Elizabeth, La rueda de la vida, Ed.
Grupo Zeta, ed. 2°, Barcelona, 1997, portada.
3YALOM D., Irving, Psicoterapia existencial y terapia
de grupo, Ed. Paidos Ibérica, Barcelona, 2000, pág. 211.
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