Por qué hablar de muerte?
Decidí empezar este
blog porque considero esencial generar conciencia en la sociedad sobre la
importancia de hablar de muerte. Solo teniendo una visión sana de la muerte
podremos vivir con plenitud.
Me plantee escribir
sobre la muerte, investigarla y experimentarla indirectamente, para romper
ciertos tabúes en la psicología del hombre occidental, si bien esta noción no
existe en estado puro, puesto que la misma esta matizada y sincretizada con la
cultura oriental y culturas indígenas en Latinoamérica que de alguna manera
introducen ciertos conceptos que le ayudan a ampliar su enfrentamiento
psicológico de la idea y la experiencia de la muerte.
Aún cuando convivimos
cotidianamente con la muerte o la perdida, escenificadas esencialmente a partir
de la experiencia de la muerte ajena, que inevitablemente nos reflejan el fin
propio; todavía la idea de muerte es lejana y se la lleva en el inconsciente,
asociada con el apego, dificultando la despedida y el proceso de duelo,
generando de esta manera escenarios patológicos y depresivos, no solo individualmente, sino llegando a
afectar al grupo social en su conjunto.
Nos resulta muy difícil
la idea de la finitud y concebir al ser como perecedero, que nos conduce a que
neguemos lo que el duelo nos produce, obviamos emociones, no reconocemos
pensamientos, nos desconectamos del cuerpo, generando que las situaciones
derivadas de este proceso sean incluso más devastadoras que la misma muerte.
Nos encontramos en una
época de constante movimiento, desarrollamos culturas dentro culturas, por
ejemplo la cultura de la eficiencia, eficacia, “hacer todo en el menor tiempo
posible” dentro una sociedad consumista y globalizada, de la diversión y la
inmediatez; ya no existe el tiempo para la lectura, la meditación, el arte o la
filosofía. No hay lugar para la quietud, porque sería “perder el tiempo”.
Estamos en un ir y venir de adaptarnos a los cambios tecnológicos y de
paradigmas que nos confunden y nos sitúan en estados de angustia; aferrándonos
a la idea de la eterna juventud, negando la vejez, con cirugías plásticas y
modelos socialmente aceptados de belleza falsa y tóxica.
En ese ámbito de
concepciones de la vida, los avances de la medicina, parecen apuntar a la
negación del dolor, induciendo a creer que se puede negociar con la mortalidad
y el dolor en este aspecto. Por otro lado, dentro la visión psicológica,
hablamos de negar el sufrimiento, generamos una cultura vanidosa y a veces
superficial de la felicidad, del “bienestar” y lo que se necesita para
conseguirlo, queremos permanecer en un estado pasivo de plenitud, generando así
formas patológicas de convivencia y vínculos relacionales, a través de fórmulas
estereotipadas de felicidad y consumo masivo.
Por eso, como sociedad
hemos obstruido la idea de llevar un duelo sano, ya que implicaría la aceptación del concepto del
dolor y que irremediablemente, nos conduce a afirmar que en su mayoría no
contamos con las herramientas necesarias para llevar un duelo a su resolución,
por miedo al fin, por una resistencia extrema al cambio, siendo la muerte “la
máxima expresión de cambio”, concluyendo en negociaciones extremas, alimentadas
por la concepción social, de la muerte como tabú.
Ahora bien, el
reflexionar sobre la consecuencia positiva del duelo, incluso salir fortalecido
de este proceso no significa que no vaya a doler, “el duelo duele” y así no más
es, de hecho es lo que da sentido a esta experiencia. La propuesta interesante
es la resiliencia en la conducta, que consiste en la disposición para enfrentar
acontecimientos desestabilizadores y destructivos, buscando encontrar la
fortaleza para buscar un nuevo sentido que sintetice el obstáculo sin negarlo y
nos permita más bien salir renovados.
Más adelante,
hablaremos en el blog sobre la resiliencia con más profundidad porque considerar
proposiciones como ésta pueden romper muchos paradigmas vigentes, y pueden
contribuir a ampliar la misión liberadora y fortalecedora de la personalidad
que debe cumplir la psicología.
Hasta pronto… gracias
por leerme J
un hermoso texto abordado desde una experiencia reflexiva y meditada. gracias por el acercamiento a este tema vital de manera esperazadora
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